CONTEMPLAR PELEAS PATERNAS

Las víctimas de malos tratos se originan en casa

Los niños de padres violentos son los que más riesgo poseen de ser maltratados por sus parejas. El haber tenido que contemplar peleas constantes en casa o incluso haber sido objeto de castigos excesivos o de violencia, son factores que forman una personalidad más proclive a recibir malos tratos.

Al crecer en un ambiente de este tipo, los individuos se ven forzados a desarrollar una personalidad sumisa que les permita aceptar, entre otros, las rígidas normas o los castigos impuestos por los familiares. “El aceptar las normas coercitivas y basadas en el poder es un modo de regular el conflicto, lo que en el futuro puede influir en el modo de resolver los conflictos con la pareja”, subraya el estudio publicado en 'Journal of Consulting and Clinical Psychology'.

Para obtener estos datos, los científicos la Universidad de Columbia y el Instituto Psiquiátrico de Nueva York realizaron, durante 20 años (desde 1975), un seguimiento de 543 niños. En ese tiempo, los infantes y sus madres tuvieron que someterse a tres entrevistas enfocadas hacia factores demográficos, psiquiátricos y psicosociales. Por último, los adultos, que comenzaron su participación siendo niños, rellenaron un cuestionario sobre modo de vida, historial de empleo, comportamientos agresivos, historia íntima de la pareja, y sobre la existencia de comportamientos violentos por parte del cónyuge.

A pesar de que los resultados de la investigación evidencian que la violencia, los castigos recibidos y los trastornos de comportamiento durante la infancia aumentan la propensión de ser maltratado en la relación sentimental, el riesgo principal es el contemplar peleas violentas entre los padres.

Este factor es incluso más determinante para el niño, que el ser él mismo el objeto de los abusos físicos. “La exposición a la violencia entre los padres, que probablemente comienza cuando el niño es pequeño, parece establecer el mayor riesgo de sufrir actos de violencia física por parte de su pareja”, afirman los investigadores.

Más proclives a sufrir violencia doméstica
Los científicos explican que estos niños seguirán un proceso de madurez que les hará ser más proclives a sufrir abusos por parte de la pareja. Los infantes cuyas necesidades de cariño son satisfechas, en el futuro tratarán de obtener la misma satisfacción ya no solo en la familia sino también a través de las relaciones interpersonales. Sin embargo, los sujetos que sufren falta de cariño, experimentarán déficits en las relaciones socialesque les hará ser incapaces de llevar una relación sentimental equilibrada.

Por esta razón, los niños que recibieron cuidados deficientes seleccionarán a sus parejas, en la adolescencia y en la madurez, entre los compañeros que también posean limitaciones en las habilidades sociales. Esto aumenta el riesgo de experimentar relaciones conflictivas, donde aumenta la probabilidad de recurrir a los malos tratos como forma de lidiar con los conflictos.

Los hallazgos de este trabajo ponen de relieve, según resaltan los propios investigadores, la necesidad de llevar a cabo programas de prevención en familias antes de que los hijos alcancen la adolescencia. Según el documento, “el maltrato en la niñez podría tener un efecto determinante sobre la forma de relacionarse con la sociedad, ya que este aprendizaje social se obtiene generalmente durante los primeros ocho años de vida”.

El Dr. Ehrensaft, autor del estudio, subraya que “si las familias son educadas antes de que los niños cumplan los últimos años de la infancia, podría prevenirse que los patrones de castigo excesivo se afiancen y que luego se reproduzcan en las relaciones que tengan durante la adolescencia”.

Así mismo, resulta esencial que estos programas de prevención estén enfocados hacia ambos sexos, puesto que tanto hombres como mujeres presentaron un importante riesgo de ser maltratados tras haber vivido en un entorno como el anteriormente descrito.