Cada 18 segundos una mujer es maltratada en algún lugar del mundo

Cada 18 segundos una mujer es maltratada en el mundo, según datos de Naciones Unidas. Y al menos una de cada cinco es víctima de malos tratos en su propio hogar, según la OMS. En pleno siglo XXI, no hay ni un solo país en el que hombres y mujeres tengan el mismo estatus, ni las mismas oportunidades. Tal desigualdad es el principal pilar para erradicar la violencia de género.
Ya en 1981, la ONU advertía de que "la discriminación contra la mujer viola los principios de la igualdad de derechos y del respeto de la dignidad humana"; en la declaración de Pekín (1993) se calificaba la violencia de género como una importante "violación de los derechos humanos"; más recientemente, en 2002, el Consejo Europeo declaraba la violencia doméstica como un "mal endémico", al ser la principal causa de muerte entre las mujeres de 16 a 44 años.

Muchas son las causas que citan los expertos para explicar la violencia doméstica y de género, pero hay una que se impone sobre las demás: la desigualdad real que aún existe entre hombres y mujeres en un mundo que sigue siendo machista.

No es tarea fácil erradicar los estereotipos culturales y sociales heredados del tradicional modelo patriarcal que vinculan al hombre con la idea de la fuerza y a la mujer con la de la sumisión. Tampoco ha sido fácil llegar al grado de concienciación social que existe hoy. Hasta hace relativamente poco, la violencia en el ámbito de la pareja se entendía como un problema de puertas adentro en el que nadie se debía inmiscuir. Hoy, gran parte de la sociedad es consciente de que no se puede ni se debe mirar hacia otro lado.