VIOLENCIA EN MAYORES

Antes que llamar violencia es más amplio y conveniente señalarlo como MAL TRATO pues en todo caso se violentan los derechos de un individuo ultrasexagenario.

La variedad de la agresión a los envejecidos es infinita, va de lo físico a lo psicológico pasando por lo social, y en ocasiones el agresor no hace conciencia de la acción ya que, en las sociedades en vías de desarrollo, ello pasa como natural ante un fenómeno (el envejecimiento) rechazado por la mayoría de la población esencialmente joven.

Así las cosas, el solo hecho de negar la participación de los añosos en el seno de la familia y después de la colectividad es una forma frecuente de desprecio, el estilo publicitario es ofensivo por su anhelo de promocionar estereotipos de perfección física, poder y fuerza como únicos elementos válidos dentro de la comunidad, en esa línea existen gestos refinados, muy sutiles, como el descuido en la alimentación, en cuanto a nutrientes, cantidad, etc., so pretexto de la inapetencia, o lo que es peor, la administración inescrupulosa de determinados fármacos, igual que la intencional poca atención que se pone en el aseo personal y del entorno.

Se podría continuar con el elenco y detalle de todo cuanto representa menoscabar la dignidad de quien envejece, pero lo realmente importante no reside en señalar el maltrato sino en combatirlo. La primera medida es aceptar el problema, luego reconocer los derechos de este sector, y finalmente, devolver el espacio injustamente negado.

Dr. Aldo Guevara D’Aniello
Geriatra y Gerontólogo